jueves, septiembre 23, 2004

Aciago

Me estoy llevando mal con todo.
Necesitaba escribir, y heme aquí, consultando a mi oráculo.
Mi vieja se acaba de enojar conmigo porque no le dije que el 21 viajaba a Neuquén por las olimpiadas. Tiene razón, supongo que yo lo estaría.
Pienso que no debo ser muy comunicativo, menos con mis papás. Creo que si no fuesen mis padres y no los apreciase y quisiese tanto por ello, no podrían caerme simpáticos de ninguna forma. Es una afirmación muy fea, pero no por ello lejos de ser cierta.
Quizá ahora te encuentre en el MSN mientras mando este mensaje. Me gustaría charlarlo.
Desde hoy vuelvo a no tener internet hasta que los humos se despejen.
No pude aplicar tu visión, no pude ver las oportunidades. No estaba predispuesto a ello, no quize. A veces pienso que sufro de algún tipo de pereza mental, que la lentitud con la que avanzo en mi expresión oral y mi terrible deficiencia en la fundamentación son un claro ejemplo de este mal.
Hoy fui a la feria del libro que se realizo en el museo de artes contemporáneas, la cual fue muy agradable. Algo pequeño el espacio dedicado a los libros, y bastante difícil buscar lo que se quería teniendo en cuenta que se organizaba según la librería.
Me compré “Un mundo feliz” de Aldous Huxley, y “El banquete” de Platón. Tenía ganas de Gorriti y Borges, pero el dinero no me alcanzaba y tuve que elegir.
Por otro lado, el novio de mi prima hoy nos prestó un manojo de DVD’s truchos para que veamos. Hay un montón de películas que no vi, y la mitad me interesan, sobre todo “El resplandor” de Kubrick. No estoy feliz.
Vaticino problemas de índoles más profundas y complejas que los que hoy en día tengo.
Se que tarde o temprano voy a tener que enfrentarme con el único enemigo capaz de someter mi espíritu y undirme en la perdición. Se que los días avanzan inexoráblemente.
No me atrevo a contrariar otra vez mi optimismo, porque ya me equivocado otras veces, sin embargo el complejo de Cenicienta es una posibilidad.
Debo comportarme como una basura con mi familia. Debo ser la persona con menos agilidad mental para justificarse. Debo ser un condenado que camina por la Tierra solo para torturarse. Debo ser mi propia pesadilla.

Temo no llevarme bien con nadie más. Es posible.

Ominoso.