miércoles, julio 20, 2005

Bitácora de esperanzas.

Día 7

Hoy me voy, más tarde por supuesto. No quería escribir en el camino, voy a tener demasiadas cosas en que pensar.
Creo que no va a haber problemas con la instalación en el departamento. Los servicios están cubiertos, está amueblado (con lo mínimo) y nada, cuando llegue tendré que ubicar mis cosas e ir a comprar lo que necesite. Al día siguiente, y al siguiente, y al siguiente, lo llenarán los trámites y la desesperación por querer volver. No tengo un mastil real al cual atarme como Ulises, pero mis deseos, que ni yo conozco exactamente, me ligan a este nuevo mundo. ¿Mundo?, dicen que es un pedazo de infierno algunos. Yo digo que es tinieblas, y que en las tinieblas puede pasar cualquier cosa, pero nunca saber exactamente si eso que te pasó sigue estando allí.
No quiero…, no, me siento desgarrado. Hay una parte mía que se aferra con fervor a esta tierra, mi vida de siempre, lo que soy, pero mis piernas pueden más que mis emociones. Y si…, al final solo basta la decición y la capacidad de hacerlo. Toda la belleza, la razón y la voluntad del mundo no pueden contra esa simple orden una vez que está dada. Solo una pequeña corriente afianzandoce en las células nerviosas, y una fisiología que pueda responder. La carne es real, la mente es solo un producto de su institución a lo largo del tiempo.
Creo que por primera vez voy a detestar viajar.

lunes, julio 18, 2005

Bitácora de esperanzas.

Día 6

¿Hasta que punto el mundo nos puede tragar sin atorarse?, ¿cuánto del mundo podemos engullir antes de atragantarnos?
Dudo ahora de si la vida es ganar cosas: dinero, amor, amistades, experiencias, o acaso se trata de perderlas…
¿Está el vaso vaciandoce, o se está llenando?
Cuando intento ver todo en perspectiva, solo veo dinámica, ni siquiera caos: dinámica.
Solo el cambio permanece, esa máxima que Heráclito defendía parece también el modelo estético que tienen todas mis ideas mientras más se acercan a lo que podría considerarse cierto. Es extraño…, me topo con verdades ya no tan relativas últimamente, como si el mundo empezase a tener bases ¿desde ahora?
Mañana parto…, si, hace una semana que estoy esperando el momento. No estoy muy seguro de cómo voy a afrontarlo. No quiero despedirme…, no quiero que me despidan. Eso me haría sentir peor, como si definitivamente la distancia-abismo-abstracto que mediaba entre mi familia, mis amigos y yo, triunfase, abriese el portal y viajase de la dimensión horrible en la que se gestó hacia esta, la realidad. Como si se MATERIALIZASE.
Pero…, es necesario, creo. Es lo que quiero, es lo que necesito, lo sé, no me equivoco.
Los perfectos conocidos dejan de serlo, en vez de ser algo más.
El vaso está medio vacío.